"Me gusta estar al lado del camino, fumando el humo mientras todo pasa". Ay Fito, no sabes lo que causan esas palabras.
Decidí abandonar las ropas viejas, usadas y gastadas. Decidí tomar el riesgo y lanzarme de bruces contra las improbabilidades. Ya no estoy esperando la aprobación de nadie ni mucho menos esperando que las cosas sucedan. Aquí estoy, decididamente a buscar lo que hace más de diez año no vi, ignoré y rechacé. Hoy voy tras él, porque a veces es bueno seguir al corazón y si es de equivocarse, después yo misma lo coseré. Es la vida... Es la vida, me digo a mí misma, me lo repito una y otra vez.
El amor, el desamor, los miedos, los sueños.... Estar al lado del camino y fumarse la vida mientras todos pasan. Quedarse en el mismo lugar, espabilando de vez en cuando y echando algunas pisadas. Somos humanos, somos de carne y hueso, pero toda esta carrera tan desesperante pareciera ser una causa perdida.
Sí, es justo porque vivimos para aventurarnos, para tropezarnos y seguir hacia adelante, pero también para buscar el reconocimiento del otro y tener un lugar. La vida. La muerte. Al final solo nos quedan unos trapos nuevos que se comerán los insectos y todo el éxito y la fortuna serán tan efímeros como la vida misma.
Ambivalente y encantada. Perdida y olvidada. Soñadora y sensible; y a ratos poesía de carne y hueso. Vivir, ¿por qué es tan difícil vivir?
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