Lo había rotulado como "el diferente", pero luego vino el desencanto.
Solo fueron tres semanas y nada más. Irremediablemente se abrieron de par en par esas pequeñas ilusiones que atesoraba entre los sueños de abril, y que despertaron de su letargo entre mayo y junio.
Se fue, desapareció, me quedé con las ganas y con un pedacito de cielo húmedo y en escala de grises. Fue la misma historia, fueron los mismos puntos finales que se quedaron sin los suspensivos.
Mientras divagaban los pensamientos en aquella lejanía, le di "reset" a todos esos amoríos pasajeros que solo han llegado para dejar la cama deshecha y escaparse como ladrones de madruga.
"Aquí no pasó nada, aquí no hubo nada". Solo fueron frases que llegaron a destiempo, fueron declaratorias de parte y parte que con el paso de los días se fueron desgastando por las distancias. De ellas ni siquiera quedaron los remedios, ni las sonrisas.
Hubo una pausa, buscaba recapitular el pasado, encontrar en mis memorias cómo era, quién era el de entonces, quiénes éramos. Pero mientras intentaba hallarlo en aquellos tiempos, sus espacios eran reemplazados por las voces de otros. No podía recordarlo... Necesitaba reconocerlo, pero solo me quedaban enormes baches y huecos de remembranzas con sus ausencias y mi falta de interés.
¿Qué más da? Igual hoy, esta noche somos otros, ya no somos los mismos. Mientras tanto, yo estoy queriéndolo irrevocablemente, pero como todos los demás terminó marchándose antes de que empezara todo.
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