Y aquí estamos una vez más. Deshojando dolores del pasado y desenterrando viejos recuerdos. Tú con aromas distintos y yo sin reconocerte.
Palabras que vienen y van, sentimientos que se estrellan contra la ausencia y las distancias. Todo se ha quedado entre declaraciones que llegan a destiempo y emociones volátiles que mueren con el silencio de su voz.
No tiene sentido, nada lo tiene. Es incomprensible, es un desatino de la vida que me estoy tomando demasiado en serio.
Mientras tanto, el tiempo, los días, la lluvia, el café, la casa, la rutina, las canciones y las palabras se cuelan entre las calles de una ciudad que cada día desconozco más y en la que todo parece ajeno a mis planes.
Decisiones impulsivas, promesas que no llegaron a los labios y las mismas renuncias de siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario