15 agosto 2011

Perder el tiempo

Entre botellas rotas, sillas partidas, gente desconocida, tabernas inundadas de cigarrillo y alcohol. Entre odios, mentiras, verdades a medias, promesas repetidas y días gastados una vez al año. Ella ha decidido quitarse la pena y el pudor, intentando salvar lo poco que queda entre los dos. Hace tiempo se rompieron los lazos. 

Para empezar ella era una lunática de sentimientos y él solo un hombre común y corriente algunas veces vivaz y otras irremediablemente distante. Les fue muy mal, las ilusiones de dos empezaron a faltarles y algo de costumbre y decepción se les fue incrustando debajo de las sábanas, entre sus silencios y junto a la soledad. 

Entre castillos de papel, arena de mar, carreteras pueblerinas, balcones de quinto piso, cartas en blanco, camas usadas y canciones de otros ella decidió echarle tierra al amor y recolectar los vacíos del corazón en aquella composición musical que nunca llegó a dedicarle: A ti. 

Algunas veces se quedan las manías, otras sobreviven los miedos. 
Importa poco temerle al desamor.

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