14 agosto 2011

7:00 AM

Y se quedaron en el baúl las risas y los abrazos nuestros

Como rutina 9:00 am, por despiste y cansancio 10:00 am. En aquel tiempo los días y las tardes y las noches eran escape a glorias y amores de lluvia, de julio y agosto. Las crisis existenciales, los chocolates calientes, los confites de colores, el almuerzo exquisito y los besos y caricias como cena de mediatarde. 

Nunca hubo un tiempo mejor, jamás el pasado habría sido tan perfecto como aquellos amaneceres y todas los anocheceres. De vez en cuando el corazón se acongojaba por extrañar las carreteras calientes de la ciudad natal, los cariños y afectos de la familia y todos los amigos dejados en tierras de infancia y juventud. Sin embargo, aquella compañía inesperada removió las alegrías primeras, los buenos recuerdos y los sentimientos dormidos. 

Llueve como de costumbre, el sol desaparece, las mañanas pintan grises y son las 7:00 am. de un día cualquiera. 

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