No es un Amor clandestino

Después de una mañana con el arco iris pintado en el alma y la noche pasada en el firmamento de las ciento veinte caricias que fabricaron en una habitación, Mariposa y Juan Manuel siguieron con sus líos de amor. Su historia era simple. Amantes de vez en cuando, se encontraban para saciar apetitos frustrados y desgastarse en el sexo. 

"Si miras más allá, me habrás descubierto"

¿Definirlos? digamos que no habrían situaciones precisas para ello. Fuego de dos corazones joviales, jeans rotos y tennis amarillos. Camisetas de cuadros y pantalones grises. Un morral con maquillaje, un libro de Strieg Larsson, cigarros y un mp4. Un encuentro pasado la medianoche y el resto del día inventando posiciones del Kamasutra. Atrapados bajo el deseo de sus propios pensamientos, amando las entrañas de sus sentimientos: vivir en sus ojos, en su mirada, amar la ternura de su cuerpo recostado en su pecho y las sonrisas pícaras que se desnudaban en aquel lecho de pasión. De esa manera, vivía su felicidad Juan Manuel, ocupando los segundos de Mariposa aún cuando fueran efímeros y el tiempo fuera tan egoísta. Y le ha penetrado parte de su vida, se ha refugiado en el amor que han intentado ocultarse, pero que irremediablemente los terminará alcanzando o separando.


Las noches abrazados a sus besos, penetrando más allá de la carne. Así, sin inocencias, sin pudor, sin lágrimas, sin arrepentimientos...solo les ha bastado el tenerse el uno al otro, desechando las osadías de los amores clandestinos, esos que se juegan al escondite, caminando a ciegas en medio de las oscuridades. Su historia es simple: sin ataduras a extraños y sin compromisos de corazón.