10 enero 2011

Inesperadamente, sus ojos volvieron a mí

"Despacio comienzo en tu boca, despacio y sin tocarte la ropa". Renuncié a ello. Después del silencio, del dolor, de la tempestad y de la indiferencia, sopló  un viento recio y desnudó el corazón triturado.
Me quedaron las ganas de volver a Él y sumergirme ciento un veces más, gritar hasta perder la voz y luego despacio susurrarle: lo transformaste todo de un instante.
En la inmensidad del tiempo, vuelvo las alas al cielo
Que las lágrimas se cambiaron por un par de carcajadas que nunca más fueron rotas y un pedazito de la existencia tocó la gracia de su perfecta y maravillosa presencia.
Callo y sello mis labios. Es guardar silencio y desgastar las promesas imposibles que siempre lo fueron. Camino, doy un paso hacia delante y vuelvo al primer lugar, al primer momento, al primer Amor. 
"Despacio, comienzo en tu boca, despacio y sin tocarte la ropa". Renuncié a ello, porque preferí morar en su eternidad.

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