20 diciembre 2010

A quien le corresponda

"Hoy me siento fatal". Escribió Susane. "Al carajo todas las promesas, fueron de plástico. Al carajo todos los amaneceres que no llegaron. Otra historia en común".

"Ya no tengo ganas de amarte como lo hago. Es estúpido creer que los sentimientos son eternos y trascienden más allá de la piel. Las cosas no son tan simples". Susane, estaba a punto de revivir otra crisis amorosa, una ruptura sentimental que la pondría unos meses en soledad. "Lo siento, me equivoqué".

Si pudiera entender que las noches no son noches porque están las estrellas, la luna o el silencio. Que la cuestión está en lo que se construye en el tiempo y en las horas que se comparten con alguien remotamente parecido a lo que se ha soñado. Si pudiera descubrir que el llanto exorciza la rabia, el miedo y las incertidumbres, pero solo arranca los dolores por algunos instantes, después todo vuelve a ocupar el mismo espacio sin dejar vacíos. 

"No es lo que dejas de hacer o lo que no has hecho. Es lo que pretendes hacer y no hallas en mí. Todo se fue al carajo. Y me sigo sintiendo fatal".

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