Sí, a las 12, a las 2, a las 3, a las 5 de cualquier día son inevitables las angustias, las preocupaciones ajenas. Tanto ruido, gente adolorida y sin calmas, siempre es invierno y nunca primavera, aunque abunden las flores.
Jamás me enseñaron que detrás de la belleza irónica de la vida las traiciones y el desamor son costumbres de ciudades, simples formas de vida. Hay primeros días, instantes pequeños, pasiones fugaces, besos gastados, amores prohibidos y deseos inalcanzables. Esa clase de cosas no me las enseñaron en ningún libro, en ninguna clase de historia.
Sí, a las 12, a las 2, a las 3, a las 5 de cualquier día son inevitables las angustias, las preocupaciones. Algunas veces se pasan con mala hierba, con canciones estrombóticas, con chispas y ficción. Tanto ruido y gente que se va deprisa sin esperar el tren o el autobús, tantos años que pasan y siglos que quedan atrás para luego ser fugaces recuerdos de papel.
Hoy es invierno y lo será por tres meses más.
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