Lo encontré parado justo al lado de la puerta, estaba esperando que yo saliera del baño. Fue un vistazo de golpe y momentáneo, de ojos y boca, y de paso un "lo siento" de mi parte por la demora.
Nos tropezamos por una extraña casualidad que me llevó a pensarlo el resto de la tarde. Fue una de esas infinitas coincidencias que dejan un chispazo abierto y luego con las semanas termina disipándose. Con él, tampoco habría excepción.
Paradójicamente, nos cruzamos en la esquina del edificio y no lo reconocí a primera vista, pero después de mirarnos unos segundos supe de inmediato que era él. Se me antojó hablarle y dejar la timidez.
-¿Me recuerdas? nos cruzamos la otra vez. No puedo creer que haya salido con eso, hubiera sido mejor quedarme con la boca cerrada -pensé-.
Continuará...
-¿Me recuerdas? nos cruzamos la otra vez. No puedo creer que haya salido con eso, hubiera sido mejor quedarme con la boca cerrada -pensé-.
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario