18 diciembre 2011

Restos de abril

Aún tiene miedo de preguntarle qué le queda, aún no tiene la firmeza total para decirle: _la puta vida que viene y va; y cada día estoy más jodidamente enamorado de ti. No es de esos, no tiene la noción de cuánta guarda su alma y por qué después de haber roto todas las promesas continúa prendido de su cuerpo, perdido entre sus curvas, debajo de sus piernas y enredado entre sus labios.
La noche de vez en cuando le susurra los momentos pasados, las calles de amor y sexo...pero todo ha quedado entre la nada, así de simple como un 'fuimos' y ahora 'no somos nada'. Unas cuantas lágrimas ahogadas con ron y cigarrillos, aquel amor fugaz que a veces duele y a veces mata. 
Sin más que la torpeza de seguir inventando excusas para quedarse algunas horas a su lado con el corazón en dos, con el sentimentalismo de volver a empezar otro día en la misma rutina de ausencias y despedidas...mientras exista la ocasión: una tarde y la noche que quedan para revolcarse entre las sábanas y disimular que los dos explotan de amor; y no de costumbre por comerse en cada encuentro. 
_Hasta aquí me tienes y llévate de una vez y para siempre los restos de abril. 

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