31 mayo 2011

Adiós mayo

Por el retrovisor el mundo se ve de revés, el tiempo a destiempo y las calles cruzadas. En el cajón de los recuerdos, el mundo está detenido en memorias, en fotografías amarillentas, en palabras atiborradas, en gente que estuvo de paso y en todo lo que pudo ser y ya no es.


Hay unas margaritas marchitas guardadas en el libro de García Márquez, pegadas entre las páginas de El amor en los tiempos del cólera...y el estribillo de aquella canción inolvidable que aun en el sereno de la noche resuena en el corazón, es mi 'Noche sin luceros', de Carlos Vives. 


Has estado demasiado ausente
El olor a humedad, a pasto mojado por la lluvia, la calidez de la brisa después de un aguacero y aquellos suspiros de la noche  sirven de pretesto para embriagarse de soledad, transitar como bohemia entre las calles solitarias y prenderse de los detalles que aparecen a lo largo y ancho del camino...la tenue luz del alumbrado público, las chispitas de la lluvia, el cielo grisáceo, los charcos de agua en el asfalto y los arroyitos al costado de las calles...


Y luego volver a casa empapada del frío callejero, recordar con menos dolor ausencias pasadas, controlar las descargas del corazón con una taza de café, volver a la lectura y transitar lejos del universo, meterse en la piel de un extraño, vivir la historia mejor inventada y olvidar que ayer fue mayo.

1 comentario:

Noe dijo...

qee bonittoo...preciosooo te a qdaddo geeniaaal....enserio me a encanttadoo =D
te evo x mi blog!
un besiito!muuuaaCks!

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