25 mayo 2011

72 horas después

A dos metros, a 50 horas, a una vida y el resto, después de la eternidad. Se desenredó el nudo de pensamientos anacrónicos que rondaron la cabeza por una semana, parte de aquel descontrol dio un giro de 180 grados, lo irónico del asunto fueron las cartas dejadas debajo de la almohada antes de tomar el tren.

Empezaba a gustarme la forma desordenada de su barba, la sonrisa abrumadora de sus silencios y los gestos incomprendidos de sus abrazos...una órbita descomunal de placeres anónimos se cruzaron en nuestras almas y 72 horas después ardió el cielo a causa de nuestros pecados. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario