Señor, el amor y el desamor se juntaron, se entrelazaron de una vez y para siempre, y conmigo quedó esto: un tiempo después del mañana y tantas preguntas sin respuestas. No se trata de hallar la otra mitad o algo parecido a cariños verdaderos, hoy comprendo que nadie está para quedarse, que durante el paso de la vida, las personas que llegan buscan excusas para marcharse. Eso de las despedidas no fue hecho para mí.
Ojalá pudiera aceptarlo de una vez, renunciar a lazos que ya se rompieron y noches que vendrán entre recuerdos y canciones. Pero aun ni siquiera para eso, me he preparado. 22 años y por esta ocasión, no escribo de otros, ni alimento un poco la imaginación, en este momento son mis miedos, mis dolores, mis angustias, mis decepciones, mis fracasos los que se quedan aquí.
Cigarrillos en la espera, noche de alcohol en ausencia, lágrimas de primavera, abril sin margaritas y otra vez el mismo corazón roto.
2 comentarios:
Las despedidas no estan hehcas para nadie, pero decir adiós es el primer paso para la aceptación de las cosas, por más que estas duelan.0
A mí me gusta echarle la culpa de estas idas y veltas que tanto nos marean al hecho de vivir en un planeta que no deja de girar.
Se sabe (nos guste o no) que pese al vacío que parece quedarse por siempre, hay un futuro para estrenar.
Corazón roto y latidos desafinados, pero mientras siga funcionando... Allá vamos!!!
Besos...
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