Todo queda en nada. Después de varios días ausentes y de palabras sin contacto, ya no pude calibrar más los miedos. Aluciné noches en vela, mañanas a oscuras y tardes con sabor a limón. Y eso de pensar en mí para vivir por ti, no funcionó. Me sentí perdida, porque no vinieron tus besos ni tu compañía a rescatarme. Y el poco amor me envenenó las alegrías, me contagió de soledades y penumbras absurdas.
Quiero cambiarme el corazón y callarle los latidos que ya no merecen ser tuyos. Y esta noche fue un refugio, un vertedero de lágrimas en el colchón , un nudo en la garganta y la pena por otro amanecer desteñido.
Se secaron tus detalles y con ellos tus cariños.
Quiero cambiarme el corazón y callarle los latidos que ya no merecen ser tuyos.
Caigo mal herida, deshecha, con las alas rotas. Y tú, al otro lado del mundo superando mi recuerdo, descubriendo que no estabas en lo cierto y creyendo en la certeza de que solo fuimos un azar de la suerte y no una coincidencia jugada por Dios.
Quiero cambiarme el corazón y callarle los latidos que ya no merecen ser tuyos.
Quiero cambiarme el corazón y callarle los latidos que ya no merecen ser tuyos.
3 comentarios:
Todo cambio es posible...y si no podemos cambiar de corazón si podemos cambiar la dirección de nuestrs latidos...
Besos
Sí, los cambios son posibles cuando tenemos la voluntad, y aunque es imposible cambiar de corazón al menos los latidos pueden dejar de pertenecerle a otro corazón...un saludo, gracias por pasarte por aquí, espero verte pronto!
Hay cambios que son necesarios en esta vida...en especial los del corazón.
Abrazos.
Publicar un comentario