Irrevocablemente, pero no tan perdida como suelen decir los demás. Porque si lo estuviera no hubiera encontrado mi centro ni la suela de mis zapatos en tierra. Fue uno de esos días, donde al levantarse todo ha sido exactamente distinto al día anterior. Menos drama, menos llanto, más alegría y un poco de azúcar para aligerar las cargas.
No te sorprendas cuando regrese |
Un deseo pendiente por más de 17 años. Una ilusión incrustada en los pensamientos y en los latidos del corazón. Amar lo que no ha sido amor, vivir a corazón abierto sollozando de vez en cuando por las malas jugadas, por los odios ajenos y por aquellos disparates que suponían cariños del alma.
Pero pasó que una noche y un instante lo cambian todo para siempre. El timón giró tan rápido que ni siquiera hubo tiempo de sostenerlo, y me pasaron tus ojos y tus besos. La espera que había sido tardía enmudeció esas penas tontas que rondaban las ventanas del corazón y selló de forma distinta las emociones que nunca más fueron pasajeras de una noche.
Tus ojos al despertar, tus labios después de hacer el amor, tu corazón en el mío, tu piel tatuada con mis caricias y tu vida compartida con la mía. Ha sido mucha la distancia de tenernos, largas las ausencias fuera de casa...sonrisas robadas en la madrugada escapados del mundo, promesas que rompieron las ataduras del pasado y este amor tan libre como el viento...y lo estoy: irrevocablemente enamorada de nuestras complicidades infantiles y sentimientos juveniles.
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