Alejandra a pesar de sus 26 años, no había dejado de ser la niñita de ojos negros que se enamoraba una y otra vez de los hombre equivocados. Era la niñita que extrañaba, pero que no echaban de menos. La de los cabellos negros aficionada a los romances verdaderos que le arrugaban el corazón al menos tres veces al año.
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Otoño en mi corazón |
Una mujer que no había dejado de ser la pequeña de 16, que aún esperaba por amor perfecto e idílico de los cuentos de hadas y princesas felices...y en el camino esperó y se cansó de besar tantos sapos =(
Creyó estarlo, sentirlo, vivirlo, pero no. Sus ojos se enlutaban todas las noches, las risas se alojaron detrás de las tristezas y aquellas llamadas en espera y sorpresas que jamás llegaron, volvieron a parecerse a otra historia que el tiempo se llevó con él. La niñita de ojos negros ha fingido las alegrías que no le pertenecen y el amor que ya no tiene.
Era la que abría el corazón, la que sonreía a causa de halagos perfectos, la que escribía de sus pensamientos, la que evitaba los llantos para seguir soñando, la que conquistaba, la que se perdía en sus ojos, la que le cantaba al oído, la que susurraba su nombre mientras dormía, la que esperaba impaciente por abrazarlo, la que cumplía sus promesas, la que hablaba más de la cuenta sobre sus sentimientos, la que lloraba cuando estaba lejos, la que echaba siempre de menos, la que se enamoró un 9 de octubre y a quien jamás le correspondieron.
2 comentarios:
Y cómo se hace para no caer en las dulces garras del amor, y no andar con esa intensa sensación del enamoramiento a flor de piel?
(el día que lo descubra, ya no estaré viviendo esta vida, jejeje)
Imposible! sería como andar sin andar, solo que a veces aquel enamoramiento a flor de piel causa algunos dolores innecesarios, pero bueno, hasta en el amor sufrimos las consecuencias de vivir, dispuestos a correr el riesgo de amar y ser amado, o amar sin ser amado.
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