18 octubre 2010

La italiana que me enamoró: Cinema Paradiso

La he visto un par de veces, y desde la primera vez...cuando el niñito "Totó" estaba delante de la pantalla junto con el viejo Alfredo, descubrí que el verdadero cine está encantado por la magia de la literatura, de las palabras, de personajes ficticios y de historias sorprendentes. Guiseppe Tornatore, lo hizo conmigo cuando las primeras lágrimas llegaron a mi rostro: su arte me conmovió.

Esta fue la escena final de la inolvidable Cinema Paradiso, que en mi estand de favoritos la coloco como una de las mejores películas de todos los tiempos. Un Oscar, un Globo de Oro y cientos de reconocimientos la inmortalizaron como la mejor cinta en habla no inglesa.

Aquí les dejo mi parte favorita. Un homenaje a esas amistades que ni siquiera los años ni el tiempo pueden sepultar. "No regreses jamás a este pueblo, no quiero que me hables de ti, quiero escuchar hablar de ti", fueron las últimas palabras que el viejo Alfredo le dijo a "Totó" antes de despedirlo en la estación del tren y quien solo regresaría el día de su funeral, y se encontraría  con los besos que de niño veía escondido detrás del proyector en el único teatro del pueblo: Cinema Paradiso. Ese, fue le mejor regalo de su entrañable amigo

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