16 septiembre 2010

Nunca volviste

Me quedé en blanco. A las 6 todo se volvió gris y oscuro, pensé que nos toparíamos en el camino. Que después de estos meses le comerían las ganas y me sorprendería a la entrada de mi casa. Me equivoqué.



¿Qué hay detrás de mis ojos? las lágrimas que no he querido derramar. Me serví el chocolate caliente, escuché los mensajes del contestador y hojeé algunas cartas de mamá. Adentro sabía que todo estaba roto, deshecho. Ojalá y las veces que me pasa estuviera menos sola. Busqué algunas lecturas que recrearan mi existencialismo para dejar un poco el drama y la soledad. Pero confieso, que me gusta estar así. No es que quiera estar sin compañía, o permanecer encerrada en cuatro paredes mudas, pero desde siempre he preferido vivir acompañada de mí misma que de extraños conocidos.

Todos los día paso por la misma calle, nunca nos encontramos. Si supiera a dónde debo ir rompería los vitrales de la habitación y dejaría todo en su lugar sin mí. Nunca he dicho cuánto duele, jamás he contado el llanto, escribo para acompañarme y camino cuando llueve para sentir que a veces estoy con alguien parecido a mí.

"Estaré de vuelta". Todavía lo sigo esperando. Algunos se parecen, otros están de más. Voy a apagar la luz, dormiré un poco y supongo que mañana será otro para escribir.

2 comentarios:

Alba Flores Robla dijo...

el gris es un color muy feo, menos cuando esta en los ojos.
=)

Unknown dijo...

y más cuando tiñe al paisaje, al corazón y una parte d la vida ...

Publicar un comentario