Déjame contarte un secreto, uno que jamás contaría ni siquiera a mis sombras. Suena a cosas de locos, a cursilerías que tal vez ya has escuchado antes.
Recuerdas la noche de marzo, la calle vacía y de repente apareciste sin más. Las palabras aquella vez, fueron excusas para un solo momento. Después de algunas horas en casa y hablando de tonterías que nos hicieron estallar en carcajadas el mundo parecía tan diferente a los días antes de encontrarte.
Parecen cosas de algo que está por encima de nuestro control, de lo que esperamos y llega justo en su momento, ni antes ni despues.
Resulta que de repente la garganta necesitaba gritarte tantas cosas, pero estaban los miedos antes que el deseo de ellas. Y lo que sentía el corazón lo dejaba allí en su lugar, era mi secreto.
Ahora es distinto, guárdalo cerca y quédatelo mientras lo necesites: te quiero.
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