Se agotaron los sentimientos de años, de meses, de semanas y de días...sonó la canción y ya no hubo nostalgias del corazón, atravesé la ciudad y no hubo alma rasgada. De noche, aún con el frío del pasado aquello de una promesa para siempre no causó estragos, no dejó las emociones en un hilo.
Y ahora contando las horas, dejando ir el presente y evitando pensar en el futuro se han abierto ventanas invisibles. Los placeres hundidos debajo de la piel, parecen renacer con miradas, silencios y roces de corazón. Pero con los pies en calma y los latidos menos intensos las heridas han dejado de doler.
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