25 octubre 2010

Cómo lo llamaría

Nací a las 10 de la noche. Me llamaría Constanza, pero por la locura de mi abuela materna decidieron bautizarme "Patricia". 25 años después el color de los ojos de mi padre nunca los llevé, solo su sonrisa y el cabello de mamá. 

Hace un par de días, mientras paseaba por las aceras de la Barcelonita, frente al café de las Once me quedé idiotizada porque encontré por casualidad el libro favorito de mamá: "Mientras llueve". Lo compré y lo guardé en la estantería de recuerdos infantiles y adolescentes, estaría junto con las muñecas de trapo, la máquina de escribir, los patines y la caja musical. Mis favoritos, cuidadosamente guardados, empolvados de sonrisas inocentes y de despedidas que a veces duelen. 

Aunque hay un espacio inmenso en este lugar para una sola persona. Todo brilla dentro cuando vienes de vez en cuando para saber de mí. Aburrirnos del tiempo ajeno y quedarnos como tontos regalándonos un par de miradas, carcajadas y promesas viejas. 

Quédate esta noche y promete que no te aburriré.

  

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