11 septiembre 2010

Me llevas hasta la cabaña

Prometió que no lloraría, que solo sería una despedida, después todo seguiría igual, como ayer, como el día antes de conocerse. Se equivocó. 

Antes del mediodía, se fueron de paseo a la playa de San Lorenzo. Volvieron a la costumbre de hablar sobre los planes del futuro y los malos ratos que deja de vez en cuando el trabajo de la semana. Por esta ocasión, Miguel no pidió una cerveza, en cambio Mariana se decidió por una bien fría. Con algunas cinco de más, a lo mejor y le saldrían las palabras más fácil. 

"Se hace más difícil cuando no estás. Creo que todo aquí está perfecto", le dijo Miguel. "Quisiera renovar tantas cosas y dejar otras que no me hacen bien".

_"¿Y qué cosas no te hacen bien?"

_"Tus largas ausencias y las cosas que nunca me dices. Pareciera que no fuera parte de tu vida, que simplemente fuéramos dos amigos con cariños iguales que se ven porque se necesitan el uno al otro, y nada más. No sé si me quieres tanto como yo a ti, no me lo dices muy seguido".

_"No tengo que decírtelo siempre. Sabes que yo soy así y no hay forma de cambiarme. Además si no te quisiera en mi vida, te hubiera sacado de ella hace rato, tienes que darme tiempo para andar. Te lo dije en la canción de Alberto Plaza. Pero ese es tu problema, que nunca le pones atención a las cosas que te digo."

_"Porque eres tan difícil. Lo haces todo al revés."

_"Te quiero más de lo que crees, pero a veces no se necesitan de las palabras cuando los actos dicen lo suficiente. Aunque generalmente me echas de menos, cuando estamos juntos perdemos el tiempo en tonterías. Sabes que deberíamos hacer ahora. Irnos hasta aquella cabaña, olvidarnos del resto de la gente, escuchar nuestra música en común y luego hacer el amor hasta que amanezca y reinventar cientos de formas de besarnos. Te acuerdas cuando fue la última vez que hicimos algo parecido".

Mariana se equivocó, porque no vendría otra despedida. A las 6 brindaron por el tiempo que los encontró solos y por un pedazo de la vida que los hizo más felices que los demás.  

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