"Si pudiera un instante reconocer que no soy buena diciendo algunas cosas que debería, todo estaría mejor. Algunas veces, el ruido de afuera es como una jeringa de anestecia, el efecto permanece algunos minutos y después todo vuelve a la normalidad. y luego me pregunto si las cosas están bien o si debería tomar la siguiente estación y cambiar por fin de dirección.
Pero como soy yo, sé que no lo haré y derramaré las mismas lágrimas por otras razones y el corazón de nuevo sufrirá por culpa de absurdas decepeciones. ¿Qué si el cielo se abre y caerá una estrella? quizás. He dado la vuelta cientos de veces y al final queda un puñado de nada que no dice lo que necesito escuchar. Creo que es tiempo de dejar de contar las historias, de creer en la resignación o la casualidad, porque el amor no es canjeable por suerte ni por canciones de alquiler.Alguna vez, estando allí tan cerca de un desconocido que había trastocado una parte escondida del alma supe que podría sentir pasiones desiguales por cualquier extraño y jamás despertarlas en él, porque el mundo allá afuera está demasiado ocupado en asuntos que nada tienen que ver con poemas, cigarrillos y cartas de amor. Después de interpretar el lenguaje del silencio, de encontrar inexplicables despedidas y arder de rabia por sentimientos que explotan cuando quieren sin pedir permiso, me anduve a la ligera y tomé un par de respiros para dejarle alquilado al destino las heridas secas".
Atte: Mariposa
Atte: Mariposa
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