14 junio 2010

Desearía que estuvieras aquí, que no preguntaras lo que quiero, pero sí que lo supieras. Ojalá y no tuviera que soñarlo la mayoría de las veces, pero resulta tan lamentable que te vayas cada vez que intento detenerte, no lo sospechas. Cuando aprisiono mi mano fuerte en la tuya y me voy encima de ti con un abrazo que puede partirte hasta el alma, o cuando busco tus labios y me quedo en ellos sin la mínima intención de despegarme un segundo.

No siempre estoy en el lugar correcto, no siempre siento como debo, ni deseo como quiero. Es mejor cuando se estallan todas las ganas juntas en una canción que me hace gritar a todo pulmón y el resto de las tristezas se desvanecen con mis lágrimas. Si pudiera ir hasta tu lugar y declararte todo lo que ya no puedo callar, no cambiaría nada porque contigo lo he hecho cientos de veces, pero jamás me escuchaste.

No me puedo acostumbrar a cariños prestados ni emociones pasajeras. Ya estoy cansada de eso...desearía que estuvieras aquí y no tuvieras que dejarme como lo han hecho todos.

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